1939. Guido (Roberto Benigni), un italiano descendiente de judíos, vive en Arezzo (Italia). Con los fascistas en el poder, Guido, su tío y su hijo Josué (Giorgio Cantarini) son deportados a un campo de concentración. Allí, con tal de salvar la vida de su hijo de cinco años, Guido se inventará un juego en el cual ganará aquel que consiga esconderse de los gruñones guardias alemanes. La imaginación de su padre hará que el pequeño Josué viva el holocausto de una manera distinta.Esta película nos hace ver que aún estando en guerra hay personas que saben sacar lo mejor de ellas para que personas a las que quieren ni se enteren de que están viviendo una tragedia.
Si no la habéis visto, os la recomiendo, no tiene desperdicio.
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